lunes, 9 de junio de 2025
-¿Alguna vez has visto a alguien morir?
-¿Te refieres a ver a alguien agonizar y entregar el último hálito?
-Claro, a eso mismo. Ver los últimos instantes en vida de una persona.
-Bueno, cuando estaba de moda rotten.com veía muchas imágenes de tanatología forense, luego se convirtió en ogrish.com y ya había videos de personas siendo asesinadas por terroristas, musulmanes matando personas bajo su ley. Más adelante fue Liveleak, forogore, deadhouse.ru, el blog del narco y recientemente en X.com o en grupos de Facebook.
-Pero de esa forma solamente eres un observador sádico que ve eso para llenarse con esas imágenes.
-No se si llenarse sea la palabra correcta. El otro día subieron videos e imágenes sobre un asesino serial, se supone que eran de su propia autoría. No sabes el horror que me causó pensar en que esas imágenes y videos eran reales y estaba presumiendo de ello.
-Pero si otros también son reales, aunque no los suban sus autores. Parece una alabanza a la cultura de violencia, a lo peor que el ser humano esconde bajo apariencia de esnobista refinado, de galán inalcanzable o padre de familia intachable.
-Si, ya había pensado en eso también. Aunque se vuelve como un vicio volver a entrar y ver esas imágenes, sobre todo ahora que me ayudan a la averiguación de hechos delictivos.
Yo te hablaba de ver morir directamente a una persona sin poder ayudarle, ver cómo el aliento y la sangre escapan de ellos y no poder hacer nada. Eso fue lo que me pasó. Sucedió hará como un año y medio. La luna llena almubraba la ciudad misteriosamente. Eran las cuatro de la madrugada, yo me levanté al baño y al regreso me serví un vaso de agua fría del refrigerador; ¿Alguna vez has tenido un presentimiento, como cuando un rayo va a caer y lo presientes antes de que suceda? Eso fue exactamente lo que me pasó. Sentí mi piel erizarse, en mi mente tuve claro que habrían sonidos esterorosos, como truenos. Escuché cuando alguien quitó el seguro a un arma, como una pistola calibre nueve milímetros. No podría determinarlo solamente con escucharlo. El caso es que dispararon con dos armas distintas, unos jovencitos encapuchados en una motocicleta a una persona que caminaba por la calle, sin un zapato, con una chumpa negra de cuero, pantalón azul muy sucio. Unos 17 o 18 años, quizás. Los atacantes aceleraron la motocicleta y se fueron disparando al aire como con rumbo hacia el Hospital Nacional de Jutiapa. El hombre gritaba que le auxiliaran, mientras chorros de sangre salían por su garganta y sus costillas. Yo estando en el tercer nivel me sentí petrificado. No sabía qué hacer. Si llamar a la policía o qué. Me decidí y marqué el número y me dijeron que el hecho ya había sido informado, que ya iba una unidad de bomberos voluntarios en camino; Unos trabajadores de una empresa de cable y de internet se acercaron a él, alguien le intentó dar agua. Se lo llevaron los bomberos en la unidad. Luego nos enteramos que había muerto llegando al hospital. Según los vecinos era un salvadoreño joven, que había venido a trabajar a la ciudad y torció el camino en pos del vicio y las malas amistades. Contaban que en el momento que le dispararon andaba intentando abrir casas y automóviles en la cuchilla del barrio Latino.
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